Los mosasaurios (Mosasauridae) —del latín Mosa que significa
«río Mosa», y el griego sauros que significa «lagarto»— son grandes lagartos
marinos extintos. Los primeros restos fósiles fueron descubiertos en una
cantera de caliza en Maastricht, sobre las márgenes del Mosa, en 1764, y de
allí el nombre. Los mosasaurios hoy día son considerados parientes cercanos de
las serpientes, debido a que los análisis cladísticos que se han realizado, han
hallado similitudes en la anatomía del cráneo y las mandíbulas.1 Los
mosasaurios eran miembros de los varanoides, emparentados con los actuales
lagartos varanos terrestres. Ellos probablemente evolucionaron de reptiles
escamosos semiacuáticos2 conocidos como los aigialosáuridos, los cuales son muy
similares en apariencia a los modernos varanos, a fines del período Cretácico
Inferior. Durante los últimos 20 millones de años del período Cretácico
(Turoniano-Maastrichtiano), con la desaparición de los ictiosaurios y los
pliosaurios, los mosasaurios se volvieron los depredadores marinos dominantes.
Descripción
Los mosasaurios respiraban aire, eran poderosos nadadores y
estaban bien adaptados a vivir en los mares epicontinentales cálidos y poco
profundos, que predominaban a finales del período Cretácico. los mosasaurios se
hallaban tan bien adaptados a su entorno que eran ya animales vivíparos, en vez
de retornar a las playas a depositar sus huevos, a la manera de las tortugas
marinas.
El mosasaurio más pequeño conocido es Carinodens belgicus,
que medía entre 3,0 a 3,5 metros de largo y probablemente vivía en aguas
someras cerca de las costas, rompiendo conchas de moluscos y erizos de mar con
sus dientes bulbosos y romos. Los mosasaurios grandes eran la norma: algunos
alcanzaban más de 10 metros de largo. Tylosaurus mantiene el título del mayor
mosasaurio, con 17,5 m.
Tenían un perfil corporal similar al de sus parientes los
lagartos monitores actuales (varánidos), pero eran más alargados y
aerodinámicos para nadar. Los huesos de sus miembros estaban muy reducidos en
longitud y sus aletas estaban formadas por una membrana entre los alargados
huesos de sus dígitos. Sus colas eran anchas, y proveían la fuerza de
locomoción. Este método de locomoción pudo haber sido similar al que hoy en día
usan los congrios o las serpientes marinas. No obstante, evidencia más reciente
sugiere que muchos mosasaurios avanzados tenían grandes aletas caudales en
forma de luna creciente, similares a las de los tiburones e ictiosaurios. Más
que desarrollar un movimiento ondulatorio serpentino, el cuerpo probablemente
permanecía rígido en estos mosasaurios para mejorar la eficiencia hidrodinámica
a través del agua, mientras el final de la cola proporcionaba la propulsión.5
El animal pudo haber acechado y luego abalanzarse rápidamente y con fuerza
sobre las presas que pasaban, en lugar de tener que ir en su persecución para
cazarlas.
Estos lagartos tenían una doble bisagra en la mandíbula y un
cráneo flexible (muy parecido al de una serpiente), con el cual eran capaces de
engullir sus presas casi completas, un hábito de serpiente que ha ayudado a
identificar los contenidos no masticados del estómago dentro de esqueletos de
mosasaurios fosilizados. Así, un esqueleto de Tylosaurus proriger de Dakota del
Sur incluía restos del ave buceadora Hesperornis, algunos peces óseos, un
posible tiburón y un mosasaurio pequeño del género Clidastes. Los huesos de
mosasaurio también han sido hallados con dientes de tiburón incrustados en
ellos.
Basándose en características de sus doble fila de dientes
pterigoidales en el paladar, la mandíbula con doble bisagra, los miembros
modificados y reducidos y sus probables métodos de locomoción, muchos
investigadores creen que las serpientes y los mosasaurios pueden haber tenido
un ancestro común. Esta teoría fue sugerida originalmente en 1869, por Edward
Drinker Cope, quien acuñó el término Pythonomorpha para incluirlos. La idea
permaneció latente por más de un siglo, antes de ser revivida en la década de
1990.6 7Tejidos blandos
A pesar del relativamente gran número de restos de
mosasaurio recolectados mundialmente, el conocimiento de la naturaleza de su
cubierta de piel permaneció en sus primeros estadios. Una increíblemente
pequeña cantidad de especímenes de mosasaurio conocidos de varias locaciones
del mundo retenían impresiones fosilizadas de sus escamas; esta carencia de
conocimiento fue posible por la naturaleza delicada de las escamas, que casi
elimina las posibilidades de preservación, además de que no se conocían los tipos
de sedimentos de preservación y las condiciones marinas bajo las cuales dicha
preservación ocurre. Hasta el descubrimiento de varias especímenes de
mosasaurio junto con impresiones notablemente bien conservadas de escamas
procedentes de depósitos del Maastrichtiano tardío de la formación de Muwaqqar
Chalk Marl de Harrana8 en Jordania, el conocimiento de la naturaleza de los
tejidos de mosasaurio estaba mayormente basado en unas pocas anotaciones que
describían a los primeros especímenes fósiles de mosasaurio que databan del
Santoniano superior al Campaniano inferior, como el famoso especímen de
Tylosaurus (KUVP-1075) de Cove County, Kansas.9 El material de Jordania ha
mostrado que el cuerpo de los mosasaurios, así como las membranas
interdigitales en sus "manos" y "pies" estaban cubiertos
con pequeñas escamas solapadas en forma de diamante, similares a las de las
serpientes. Igual que en los reptiles modernos, existían variaciones en el tipo
y tamaño de las escamas que cubrían a estos animales dependiendo de la zona del
cuerpo. En los especímenes de Harrana, se observaron dos tipos de escamas en un
único ejemplar,8 escamas carenadas (con quilla) cubriendo las regiones
superiores del cuerpo y escamas lisas cubriendo las zonas bajas. Como
depredadores de emboscada, que acechaban y capturaban rápidamente a sus presas
usando tácticas de sigilo,10 se ha sugerido que los mosasaurios se beneficiaban
enormemente de sus escamas carenadas no reflectantes.8
Más recientemente, un bien conservado fósil de Platecarpus
tympaniticus ha sido encontrado no sólo con impresiones de su piel, sino
también con órganos internos. Hay varias áreas rojizas en el fósil que pueden
representar el corazón, los pulmones y riñones. La tráquea también está
preservada junto con parte de lo que puede ser la retina en el ojo. La
localización de los riñones está más hacia adelante que en los lagartos
varanos, y es más similar al de los cetáceos. Como en los cetáceos, los
bronquios van a los pulmones en paralelo entre ellos en lugar de dividirse y
separarse unos de otros como en los monitores y otros reptiles terrestres. En
los mosasaurios, estas características pueden haber sido adaptaciones internas
a un estilo de vida totalmente marino.5
Ambiente
Los niveles del mar eran altos durante el período Cretácico,
causando ingresiones marinas en muchas partes del mundo y un gran mar interno
en lo que ahora es Norteamérica. Fósiles de mosasaurio han sido hallados en los
Países Bajos, Dinamarca, Portugal, Suecia, el Reino Unido, Angola, Marruecos,
Australia, Nueva Zelanda y en la Isla Vega cercana a las costas de la Antártida
.. También se han hallado mosasaurios en Canadá, en Manitoba y Saskatchewan, y
en otros Estados contiguos con Estados Unidos. Especímenes completos o
parciales también se han hallado en Alabama, Mississippi, Tennessee, y Georgia
-- así como en Estados cubiertos por el Paso Marítimo cretácico: Texas, sureste
de Arkansas, Nuevo México, Kansas, Colorado, Nebraska, Dakota del Sur, Montana,
y las formaciones Pierre Shale/Fox Hills de Dakota del Norte. Recientemente,
huesos y dientes de mosasaurio también se han conocido de California, México,
Colombia y Perú.
Muchos de los restos de 'dinosaurios' hallados en Nueva
Zelanda son realmente de mosasaurios y plesiosaurios, siendo ambos reptiles
marinos depredadores del Mesozoico.
Descubrimiento
El cráneo de Mosasaurus hoffmannii hallado en Maastricht
entre 1770 a 1774
El primer hallazgo publicitado de un cráneo parcial de
mosasaurio fue hecho en 1764 por trabajadores de una cantera en una galería
subterránea de una cantera de caliza cerca a la ciudad holandesa de Maastricht,
precediendo a cualquiera de los mayores hallazgos de fósiles de dinosaurio pero
permaneció poco conocido. Sin embargo, un segundo descubrimiento de un cráneo
parcial llamó la atención de los ilustrados sobre la existencia de animales
fosilizados que eran muy diferentes de cualquiera de las criaturas vivas
conocidas. Cuando el espécimen fue descubierto entre 1770 a 1774, Johann
Leonard Hoffmann, un cirujano y recolector de fósiles, carteó sobre el asunto a
uno de los más influyentes científicos de su tiempo, haciendo famoso al fósil.
El propietario original sin embargo era Godding, un canónigo de la catedral de
Maastricht.
Cuando las fuerzas revolucionarias francesas ocuparon
Maastricht en 1794, el cuidadosamente oculto fósil fue sacado a la luz gracias
a una recompensa, según se ha dicho, de seiscientas botellas de vino, y transportado
a París. Después de haber sido inicialmente interpretado como un pez, un
cocodrilo o un cachalote, el primero en entender sus afinidades con los
lagartos fue el científico holandés Adriaan Gilles Camper en 1799. En 1808
Georges Cuvier confirmó esta conclusión, aunque le Grand Animal fossile de
Maëstricht no fue realmente llamado Mosasaurus («reptil del río Mosa») hasta
1822 y no se le dio su nombre completo de especie, Mosasaurus hoffmannii, hasta
1829. Varios juegos de restos de mosasaurio que habían sido descubiertos
previamente en Maastricht pero que no habían sido identificados como tales
hasta el siglo XIX, han sido puestos en exhibición en el Museo Teylers,
Haarlem, adquiridos desde 1790.
Los lechos de caliza de Maastricht se volvieron tan famosos
por el descubrimiento del mosasaurio que han dado su nombre a la época de los
últimos 6 millones de años del Cretácico, el Maastrichtiano.
Atentamente Dinomax
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