Los ictiosaurios (Ichthyosauria, gr. "lagartos
peces") son un orden extinto de saurópsidos diápsidos ictiopterigios, que
vivieron desde el Triásico Inferior hasta el Cretácico Superior
(aproximadamente 245 y 90 millones de años), en lo que hoy es América, Europa y
Asia. El nombre fue creado en 1840 por Sir Richard Owen.
Los ictiosaurios eran grandes reptiles marinos con aspecto
de pez y delfín (ver evolución convergente). Durante el Triásico, evolucionaron
a partir de reptiles terrestres aún no identificados que volvieron al agua, en
un proceso análogo al que debieron sufrir delfines y ballenas. Fueron
especialmente abundantes en el período Jurásico, hasta que fueron reemplazados
como los depredadores acuáticos dominantes en el Cretácico, los plesiosaurios.
La primera vértebra fósil fue publicada dos veces en 1708
como una prueba tangible del Diluvio Universal. El primer fósil de un
ictiosaurio completo fue encontrado en 1811 por Mary Anning en Lyme Regis, en
la que ahora se llama la Costa Jurásica.
En 1905, la Expedición Sauriana de 1905 conducida por John
C. Merriam de la Universidad de California y financiada por Annie Alexander,
encontró 25 especímenes en Nevada central, que durante el Triásico estaba bajo
un océano poco profundo. Algunos de los especímenes están ahora en la colección
del Museo de Paleontología de la Universidad de California. Otros especímenes
están incrustados en la roca y son visibles en el Parque Estatal del
Ictiosaurio de Berlín, en el Condado de Nye. Desde 1977 el ictiosaurio triásico
Shonisaurus es el Fósil Estatal de Nevada. Nevada es el único estado que posee
un esqueleto completo, de 17 m de este reptil marino extinto.
[editar]Características
Los ictiosaurios presentaban un hocico largo y dentado.
Poseían una aleta caudal grande sostenida, en su lóbulo ventral, por la columna
vertebral, una aleta dorsal y sus patas estaban transformadas en aletas que
probablemente usaban como elementos estabilizadores y de dirección. Eran
carnívoros que subían a la superficie para llenar sus pulmones de aire, y
vivíparos, por los fósiles que se han encontrado con fetos fosilizados en el
interior. El viviparismo no debe ser tan sorprendente como puede parecer al
principio: las criaturas marinas que respiran aire deben ir a tierra a poner
sus huevos, como las tortugas y algunas serpientes de mar, o el resto lleva a
cabo el nacimiento de sus jóvenes en las aguas de la superficie. Construidos
para la velocidad, como el atún, los ictiosaurios eran también al parecer
buceadores de profundidad, como algunas ballenas modernas.1 Se ha estimado que
los ictiosaurios podían nadar a velocidades de hasta 40 km/h. Hay amplia
evidencia de que los ictiosaurios eran de flotación negativa.2
Se ha determinado a través de registros dentales que varios
tipos de reptiles marinos, incluyendo a los ictiosaurios, tenían un metabolismo
de sangre caliente similar al de los mamíferos. Estos tenìan la habilidad de
generar calor endotérmico para sobrevivir en ambientes fríos.3
Según las estimaciones de Ryosuke Motani4 un Stenopterygius
de 2,4 metros pesaba alrededor de 163 a 168 kg, mientras un Ophthalmosaurus de
4 metros pesaba de 930 a 950 kg (sobre una tonelada).
Aunque los ictiosaurios son superficialmente similares a los
peces, no lo eran. El biólogo Stephen Jay Gould dice que el ictiosaurio es su
ejemplo favorito de evolución convergente, en el que las similitudes de
estructura no son homólogas sino análogas, para este grupo:
De hecho las reconstrucciones más tempranas de ictiosaurios
omitieron la aleta dorsal que no tenía ninguna estructura esquelética dura de
sostén, hasta que finalmente se recuperaron especímenes finamente conservados
en la década de 1890 del lagerstätten de Holzmaden en Alemania que reveló
rastros de la aleta.
Los ictiosaurios se alimentaban principalmente de un antiguo
tipo de cefalópodo pariente lejano de los calamares llamado belemnites. Algunos
ictiosaurios tempranos tenían los dientes adaptados para aplastar moluscos.
Seguramente se alimentaban también de peces, y algunas de las especies más
grandes con grandes mandíbulas y dientes se alimentaban de reptiles más
pequeños. Los ictiosaurios fueron tan variados en el tamaño, y sobrevivieron
por tanto tiempo, que probablemente tuvieron una amplia gama de presas. Los
ictiosaurios típicos tienen los ojos muy grandes, protegidos dentro de un
anillo óseo, sugiriendo que podrían haber cazado por la noche.
Historia evolutiva
Los ictiosaurios más tempranos, parecidos más a lagartos con
aletas que a las más familiares formas de pez o delfín, se conocen de los
estratos del Triásico Inferior y temprano-medio (Olenekiano y Anisiano, hace
240-250 millones de años) de Canadá, China, Japón, y Spitsbergen en Noruega.
Estas formas primitivas incluyen a Chaohusaurus, Grippia y Utatsusaurus. Estos
proto-ictiosaurios muy primitivos, que ahora se clasifican como ictiopterigios
en lugar de propiamente ictiosaurios,5 6 dieron origen rápidamente a los
verdaderos ictiosaurios en algún momento al final del Triásico Temprano o principios
del Triásico Medio. Estos últimos se diversificaron en una variedad de formas,
incluyendo a Cymbospondylus, parecido a una serpiente marina que alcanzaba los
10 metros y formas típicas más pequeñas como Mixosaurus.
En el Triásico Superior, los ictiosaurios estaban en su
mayoría representados por los miembros de la familia Shastasauridae, y las
formas más derivadas, de aspecto delfinoide, de los clados Euichthyosauria
(Californosaurus, Toretocnemus) y Parvipelvia (Hudsonelpidia, Macgowania). Los
expertos discrepan sobre si éstos representan una continuación evolutiva, con
los shastosaurios menos especializados como un grupo parafilético que estaba
evolucionando en formas más avanzadas,7 o si los dos eran clados separados que
evolucionaron de un antepasado común más temprano.8
Durante el Carniano y el Noriano, los shastasaurios
alcanzaron grandes tamaños. Shonisaurus, conocido por varios especímenes del
Carniano de Nevada, tenía 15 metros de largo. Los Shonisaurus norianos son
conocidos de ambos lados del Pacífico. El Himalayasaurus y el Tibetosaurus
(probablemente sinónimos) se han encontrado en el Tíbet. Estos grandes
ictiosaurios (10 a 15 metros de largo) probablemente pertenecen al mismo género
que Shonisaurus. Shastasaurus sikanniensis, cuyos restos se encontraron en la
formación Pardonet de la Columbia Británica por Elizabeth Nicholls, alcanzó los
23 metros de longitud, uno de los reptiles marinos más grandes conocidos hasta
la fecha.
Estos gigantes (junto con sus primos más pequeños) parecen
haber desaparecido al final del Noriano. Los ictiosaurios del Raetiano (finales
del Triásico) de Inglaterra son muy similares a los del Jurásico Inferior. Como
los dinosaurios, los ictiosaurios y sus contemporáneos los plesiosaurios
sobrevivieron al evento de la extinción del final del Triásico, e
inmediatamente se diversificaron para llenar los nichos ecológicos libres del
Jurásico Inferior.
El Jurásico Inferior, como el Triásico Superior, fue un auge
de ictiosaurios representado por cuatro familias y una variedad de especies que
iban de uno a diez metros de longitud. Los géneros incluyen a Eurhinosaurus,
Ichthyosaurus, Leptonectes, Stenopterygius, y el gran depredador
Temnodontosaurus, junto con el primitivo Suevoleviathan, que cambió poco
respecto a sus antepasados del Noriano. Todos estos animales eran
hidrodinámicos, con formas de delfín, aunque los animales más primitivos eran
alargados, quizás más que los avanzados y compactos Stenopterygius e Ichthyosaurus.
Los ictiosaurios todavía eran comunes en el Jurásico Medio,
pero ya había disminuido su diversidad. Todos pertenecen a un solo clado,
Ophthalmosauria. Representado por Ophthalmosaurus, de 4 metros de largo, y
géneros relacionados, eran muy similares a Ichthyosaurus, y habían logrado un
forma de "gota de lágrima" perfectamente hidrodinámica. Los ojos del
Ophthalmosaurus eran grandes, y es probable que estos animales cazaran en aguas
oscuras y profundas.1
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